Un hallazgo histórico fue anunciado por la NASA tras el análisis de las muestras del asteroide Bennu, recolectadas por la misión OSIRIS-REx y traídas a la Tierra en septiembre de 2023. Las investigaciones, publicadas en las revistas Nature y Nature Astronomy el 29 de enero de 2025, revelaron que el asteroide contenía un conjunto de moléculas esenciales para la vida, junto con evidencia de agua salada que habría actuado como un “caldo primigenio” para reacciones químicas prebióticas. Este descubrimiento, considerado un hito en la astrobiología, refuerza la teoría de que asteroides como Bennu pudieron haber sembrado los ingredientes de la vida en la Tierra primitiva.
Un total de 121.6 gramos de material fue recolectado de la superficie de Bennu, constituyendo la muestra de asteroide más grande jamás recuperada. Entre los compuestos identificados, se destacaron:
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Aminoácidos: Fueron detectados 14 de los 20 aminoácidos esenciales para las proteínas terrestres, junto con 19 aminoácidos no biológicos. Sorprendentemente, se observó una proporción equitativa de aminoácidos quirales “zurdos” y “diestros”, a diferencia de la preferencia terrestre por los primeros, lo que generó interrogantes sobre la evolución química de la vida.
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Nucleobases: Las cinco bases nitrogenadas que forman el ADN y el ARN (adenina, guanina, citosina, timina y uracilo) fueron identificadas, esenciales para la transmisión genética.
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Compuestos orgánicos y amoníaco: Una abundancia de amoníaco y carbono fue encontrada, sugiriendo su formación en ambientes fríos del sistema solar primitivo, como nubes moleculares o discos protoplanetarios.
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Minerales salinos: Se hallaron 11 minerales, incluyendo calcita, halita y silvita, formados por la evaporación de agua salada. Estos minerales, similares a los de lagos secos terrestres, indicaron que el cuerpo progenitor de Bennu, un asteroide de aproximadamente 100 km de diámetro destruido hace entre 700 millones y 2 mil millones de años, albergó agua líquida durante un período prolongado.
¿Por qué es importante este descubrimiento?
La presencia de estos compuestos fue interpretada como evidencia de que entornos propicios para la química prebiótica eran comunes en el sistema solar temprano. Aunque no se encontró vida en Bennu, los científicos sugirieron que asteroides similares pudieron haber entregado los bloques fundamentales de la vida a la Tierra mediante impactos hace miles de millones de años. Este hallazgo fortaleció la hipótesis de la panspermia, según la cual los ingredientes de la vida podrían haber llegado desde el espacio.
¿Cómo se realizó el análisis?
Las muestras fueron analizadas en laboratorios especializados bajo estrictas condiciones para evitar contaminación terrestre. Técnicas avanzadas de espectroscopia y cromatografía permitieron identificar los compuestos orgánicos y minerales con alta precisión. La misión OSIRIS-REx, lanzada en 2016, fue diseñada para recolectar material de Bennu y devolverlo a la Tierra, logrando un aterrizaje exitoso en el desierto de Utah en 2023.
¿Dónde y cuándo ocurrieron los eventos clave?
La recolección de las muestras fue efectuada en octubre de 2020 en la superficie de Bennu, un asteroide carbonáceo de 500 metros de diámetro. Los resultados fueron publicados en enero de 2025, tras casi dos años de análisis exhaustivo. El cuerpo progenitor de Bennu, según los estudios, habría existido en el cinturón de asteroides hace miles de millones de años.
¿Quiénes participaron en el descubrimiento?
El proyecto fue liderado por la NASA, con la colaboración de instituciones científicas internacionales, incluyendo el equipo de la misión OSIRIS-REx y expertos en astrobiología de universidades y centros de investigación. Los científicos destacaron la importancia de las condiciones controladas para garantizar la validez de los resultados.
¿Cuál es el impacto futuro?
Este descubrimiento abrió nuevas líneas de investigación sobre el origen del sistema solar y la vida. Futuras misiones a cuerpos como Ceres, Europa y Encélado fueron propuestas para explorar entornos con condiciones similares. Los datos obtenidos de Bennu continuarán siendo estudiados, con la esperanza de desentrañar más secretos sobre la formación de la vida y el sistema solar.
