3 de junio de 2025.
La actividad solar está poniendo en jaque la constelación de satélites Starlink de SpaceX. Durante el reciente máximo solar, un ciclo de alta actividad del Sol que ocurre cada 11 años, los satélites en órbita baja están cayendo más rápido de lo previsto debido a la expansión de la atmósfera terrestre.
Este fenómeno, impulsado por tormentas geomagnéticas, está generando preocupación en la comunidad científica y en la industria espacial. ¿Qué está causando este problema y cuáles son sus implicaciones?
Con más de 7.000 satélites Starlink orbitando la Tierra y planes de SpaceX para alcanzar los 30.000, este fenómeno ofrece a los científicos una oportunidad única para estudiar la dinámica atmosférica a gran escala. “Nunca antes habíamos tenido tantos satélites reingresando al mismo tiempo”, afirmó Oliveira en una entrevista con New Scientist. Entre 2020 y 2024, se registraron 523 satélites Starlink que volvieron a la atmósfera, todos diseñados para desintegrarse completamente al reingresar.
Las tormentas geomagnéticas, desencadenadas por erupciones solares, generan un efecto dominó. La atmósfera se expande, aumentando la fricción con los satélites que orbitan a menos de 300 kilómetros de altura. En eventos recientes, 37 satélites Starlink reingresaron en solo cinco días, en comparación con los 15 días habituales. Este impacto no solo afecta la operatividad de la red Starlink, que proporciona internet global, sino que también plantea preguntas sobre la sostenibilidad de las megaconstelaciones satelitales en el futuro.
El equipo de Oliveira, respaldado por la NASA, ha analizado datos de los reingresos de satélites Starlink para entender cómo las condiciones solares afectan la órbita. La escala de la constelación de SpaceX, con lanzamientos semanales, ha permitido a los científicos detectar patrones que antes eran imposibles de observar. Este análisis es crucial para prever el comportamiento de los satélites en futuros ciclos solares.
La caída acelerada de satélites puede incrementar los costos operativos de SpaceX, que debe reemplazar las unidades perdidas para mantener su red de internet satelital. Para los usuarios, esto podría traducirse en interrupciones temporales en el servicio, especialmente en regiones dependientes de Starlink. Sin embargo, SpaceX ha diseñado sus satélites para que se desintegren sin dejar escombros, minimizando riesgos en la Tierra.
El problema afecta principalmente a los satélites en órbita terrestre baja, a altitudes inferiores a 300 kilómetros. La constelación Starlink, que opera en esta región, es especialmente vulnerable debido a su gran cantidad de unidades.
El máximo solar de 2024 aún tiene efectos que podrían extenderse hasta 2025, según expertos. Aunque la actividad solar disminuirá gradualmente, las tormentas geomagnéticas seguirán siendo un desafío para los operadores de satélites en los próximos años.